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Presidencia y Planificación del Territorio  >  Patrimonio histórico-artístico  >  Blog  > Restauración de Santa Margarita de Antioquía de La Ermita de La Quinta

Restauración de Santa Margarita de Antioquía de La Ermita de La Quinta

30 ABRIL 2024

La Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias ha restaurada la talla de Santa Margarita, dentro de la campaña de restauración de obras de arte flamenco con el fin de conservar este legado.

La escultura de arte flamenco tiene su origen en la ciudad de Malinas, en los Países Bajos y una datación aproximada de 1515. Su culto está ligado desde fechas muy tempranas a la ermita de La Quinta, donde tuvo protagonismo devocional junto con la Virgen del Socorro y Santa Lucía.

Los trabajos de restauración han sido ejecutados por Rubén Sánchez, que el pasado jueves 24 de abril dio una charla sobre el proceso de restauración en la Parroquia de San José de Los Olivos, junto con Juan Alejandro Lima Lorenzo representante de la D.G. de Patrimonio Cultural. Estuvieron presentes además del párroco de Los Olivos Don Federico Armas , el Señor Alcalde de Adeje, Don José Miguel Rodríguez Fraga así como el concejal de Patrimonio Histórico Juan Desiderio Afonso Ruiz.

El domingo 27 se produjo el retorno de la santa a su ermita, siendo recibida por los vecinos de los barrios de La Quinta, Taucho, Las Moraditas, zonas de medianías vinculadas devocionalmente a esta santa.

A continuación, les dejamos un documento sobre el proceso de restauración realizado por Rubén Sánchez:

Sta. Margarita de Antioquía:  Atuendo Tinerfeño para una Doncella Brabanzona

Los objetos de devoción popular están frecuentemente sujetos a su renovación formal como parte de las tareas del mantenimiento consustancial a la vigencia de culto. Tales maniobras pueden o no venir de la mano de un aliciente curativo que traspasa la mera reparación de los daños acusados. En no pocos casos, los paradigmas estéticos del momento se expresan con plenitud por una clara intención actualizadora. En otros, donde la participación de artistas remozadores está detentada por figuras de rango secundario, las modificaciones asumen cierto eclecticismo, basculando entre la ingenuidad y el talante bizarro. A esta última dinámica podemos atribuir el actual aspecto de la santa cotitular de la ermita adejera de La Quinta.

La imagen presenta una sensible adición de volumen al dorso, pues originalmente era de “chuleta”, es decir, plana en su lado posterior, que tampoco solía policromarse. De modo que tiene añadidos traseros con objeto de satisfacer las aspiraciones estéticas de su carácter procesional secular, proporcionándole la unidad volumétrica mediante el tallado de bulto estructurado en el manto y parte dorsal de la cabeza. A esto sumamos la confección de una peana postiza, que se adjunta para realzarla durante sus usos procesionales, y acomodarla dimensionalmente a la hornacina del retablo de inspiración gótica-ecléctica, traído en 1950. Desgraciadamente, el caso que nos ocupa ha sido objeto de una expeditiva maniobra de repolicromado, ocultando por completo cualquier pista que orientara sobre el diseño de la decoración pictórica primitiva. La presente restauración ha revelado con objetividad que no sobreviven restos visibles de ninguna policromía subyacente, salvo vestigios del aparejo original, aunque no podemos saber si el decapado integral fue una fase previa inmediata al repolicromado, o en cambio ya estaba así desde tiempo atrás.

Por su parte, la peana supletoria y la equivalente de Sta. Lucía, también fueron objeto de repolicromado integral en forma de marmoleados. Catas practicadas hace décadas revelaban un repertorio bícromo original, y denotan la tentativa de restauración o estudio sin que se haya materializado ninguna de las dos cosas. Los atributos de plata de ambas esculturas son añadidos de 1978, firmadas por un orífice hasta ahora desconocido: “L.R. Galindo”. Deducimos que sustituyen a otros anteriores (corona y nimbo en Sta. Margarita, nimbo, palma y bandeja en Sta. Lucía).

Dado el carácter comunal del patrocinio de la ermita, apuntado por Lorenzo Santana, y “oficializado” desde su fundación en mayordomías de linaje aborigen detentadas por matrimonios destacados del pago de Taucho, todo apunta al sincretismo religioso con que los guanches asimilaron la fe cristiana. Hay que recordar a ese respecto como este colectivo del orden social inaugurado a finales de S. XV, manifiesta su inclinación por devociones concretas como la Candelaria, las Nieves, el Socorro, Santiago Apóstol, San Juan Bautista, y Sta. Margarita entre otras, por tratarse de modelos sobre los que se pueden hacer más transferibles aquellos códigos simbólicos de su animismo prehispánico. 

Circunstancias político-económicas favorables en el tránsito de siglos XV y XVI harán que Malinas se sitúe a la cabeza de la fabricación de escultura en pequeño formato de los Países Bajos meridionales hasta poco más de 1530. La historia del arte acuñó para estos artefactos de lujo el término pouppées malinois, siendo talladas mayoritariamente en tilo y nogal, aunque no faltan ejemplares en frutales y roble.

Recientemente se ha relacionado esta pieza con otros ejemplos de ampuloso atuendo y rasgos estilísticos afines, de cuya indumentaria se acuñó el término plus sophistiqué, a la sazón que se propone su filiación al maestro del anagrama “IS”. Nosotros añadimos ahora una posible inspiración veneciana de los ropajes y peinados, como reflejo de la realidad vigente en el devenir de la moda femenina del norte de Europa.

Entre los signos de deterioro que presentaba, debemos destacar:

  • Amarillamiento de barnices de refresco
  • Moderada corrosión de apliques de atornillado en andas de baldaquino, así como de las cabezas de puntas metálicas industriales bajo policromía.
  • Craquelado del grueso filmógeno sobre las puntas metálicas más oxidadas
  • Fisurado de policromía coincidiendo con el plano de adición de postizo dorsal
  • Pequeñas lagunas parciales de color coincidiendo con alguno de los pormenores anteriores
  • Deyecciones de mosca
  • Oscurecimiento generalizado de restofados a purpurina por oxidación
  • Decoloración de tintas fotosensibles
  • Patina de óxido en el ajuar de plata
  • Alabeo de la basa de la peana
  • Relativos desajustes en peana
  • Ligeras abrasiones y lagunas en las molduras de peana.

Habida cuenta, la nómina de tratamientos puede resumirse en:

  • Embalaje, transporte e ingreso a taller
  • Documentación y análisis
  • Reserva del postizo, contextualizando nivel cronológico y unidad formal a preservar.
  • Limpieza y decapado selectivo de policromía
  • Limpieza de pátina de óxido en ajuar de plata
  • Sentado puntual de color
  • Sustitución de puntas metálicas lesivas
  • Patinado anticorrosión de apliques de anclaje en andas, así como de puntas metálicas viables rasantes y bajo policromía
  • Reajustes mecánicos en peana
  • Injertado y chirlatado de soporte en figura y peana
  • Estucado de nivelación de la rasante pictórica
  • Reintegración cromática a la acuarela
  • Barniz intermedio
  • Ajuste de reintegración cromática con colores al barniz y según criterio discernible
  • Barniz de protección definitivo
  • Embalaje, transporte y devolución

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