Siempre es un buen plan el de adentrarnos en los museos y recorrer sus salas expositivas que nos evocan sentimientos y emociones profundas. Pero cuando las obras expuestas nos aproximan a la historia y trayectoria de una mujer, nuestra experiencia trasciende lo emocional para penetrar en el turbio asunto de la injusta invisibilidad de las mujeres en las artes plásticas.