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Presidencia y Planificación del Territorio  >  Patrimonio histórico-artístico  >  Blog  > La Fiesta del Árbol y el doctor Manuel Fernández Piñeiro

La Fiesta del Árbol y el doctor Manuel Fernández Piñeiro

12 NOVIEMBRE 2014

Los laureles de indias de la Calle Grande de Adeje fueron plantados entre 1911 y 1916 a raíz de la iniciativa de la Fiesta del Árbol, puesta en marcha por el primer casino de la sociedad de recreo "Unión y Cultura", presidida por el médico del pueblo, Don Manuel Fernández Piñeiro, gallego de nacimiento y afincado en la isla desde 1911.

En la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica hemos encontrado un artículo publicado el 18 de diciembre de 1911 que reproducimos a continuación:

"Esta culta villa ha dado un gran paso en el camino del progreso instaurando la simpática Fiesta del árbol, cuya celebración se verificó el 10 del actual con extraordinaria solemnidad.- La sociedad "Unión y Cultura", compenetrada de los inmensos dones que proporciona el árbol y del desconsolador efecto que produce la vista de escarpadas colinas, extensos eriales y campos yermos, no titubeó en patrocinar la fiesta, secundado la loable iniciativa de su ilustre Presidente Señor Fernández Piñeiro, del que, justo es decirlo, cuantos elogios se tributen a su gestión, son pocos. Debiase también consignar que revitalizaron en actividad para alcanzar el éxito logrado los ilustrados profesores de Instrucción pública Doña Luisa Tacoronte y Don Fermín Fraga, prestando también su eficaz concurso las demás autoridades, y entre ellas el Alcalde Sr. Alayón.

La fiesta se verificó de la siguiente forma: A la una del mencionado día se organizó en la plaza de la Iglesia la procesión cívica. Acto seguido se puso en marcha la comitiva dirigiéndose a la Cruz del Llano, punto elegido para la plantación. Durante el trayecto, los escolares organizados en Batallón infantil, con bandera y música hicieron evoluciones militares con orden y precisión admirable, al mismo tiempo que secundados por las niñas entonaban el himno del Árbol. Ya en el lugar de la plantación se procedió por D. Eulogio Gutiérrez Estévez a la bendición de los árboles, plantando luego uno el Sr. Alcalde y otro cada uno de los grupos escolares dirigidos por sus respectivos maestros, pues el resto habían sido plantados anticipadamente. Terminada la operación dirigió la palabra al público el Sr. Piñeiro, haciendo resaltar la importancia de la fiesta instituida en la época contemporánea por el Párroco de Villanueva de la Sierra de Cáceres, propagada con entusiasmo en los Estados Unidos por Morteu, ardorosamente difundida en nuestra patria debido a la activa campaña del ingeniero Sr. Puig y Valery, adoptada hoy por todas las naciones civilizadas. Hizo presente el importante papel que desempeñan los árboles en el régimen de las aguas, pues si bien no atraen las lluvias, determinan una mejor utilización del agua disminuyendo la evaporación y privándola del carácter torrencial que adquiere en los terrenos desarbolados. Mencionó su influencia sobre la temperatura ambiente y la función que desempeña al proveernos de oxígeno, de ese elemento indispensable, sin el cual la vida sería imposible; señalando el hecho de que los terrenos abruptos solo puedan convertirse en productivos por medio de los montes. Estímulo a perseverar en la obra emprendida, hasta conseguir que a semejanza del Etna, nuestro arrogante Teide ostente como vestidura una frondosa vegetación coronada en su cima por nívea aureola de atrayentes reflejos.

Dio expresivas gracias a las autoridades y pueblos que tan espontáneamente respondieron a su invitación, terminando con estas palabras dirigidas a los niños: " Y vosotros tened en cuenta que este árbol que plantáis, al que debéis prodigar vuestros cuidados para su mejor desarrollo y erigiros en celosos guardianes de su integridad, además de los beneficios enumerados, es posible que os proporcione otro inapreciable correspondiendo a vuestra amistad; cuando os halléis en el ocaso de vuestra existencia, perdidas las energías por la ruda labor de lucha y trabajo, el os ofrecerá generosamente sus ramas para que con su calor desentumecer vuestro cuerpo y avivar apagadas funciones y daros la sensación del retorno a la vida". Atronadores aplausos se dejaron oír, y multitud de  voladores surcaron el espacio. De esta manera el pueblo adejero tributaba a su ilustre médico su admiración y entusiasmo. Los árboles plantados y conducidos a esta villa gratuitamente por el vapor " Carmen" propiedad de los Sres. Hamilton provienen en su mayoría del vivero provincial, dándoles por esto el ingeniero Sr. Ballester y al Sr. Hamilton nuestras expresivas gracias.

El regreso se efectuó por la avenida Central ( desde hoy Dr. Fernández Piñeiro) y al llegar frente al local de la Sociedad " Unión y Cultura"  artísticamente engalanada con multitud de palmas, banderolas, gallardetes, el culto profesor Don Fermín Fraga hizo uso de la palabra trazando magistralmente con poéticas y afortunadas frases la historia de la fiesta, enalteciéndola y poniendo de relieve su excepcional alcance por los incalculables bienes que de ella derivan, haciendo justos y merecidos elogios del Dr. Piñeiro por su fecunda iniciativa, a la que prestó el más decidido apoyo para su afianzamiento. Su delicada labor fue muy aplaudida. La procesión terminó en el punto de partida, después que los niños de las escuelas desfilaron en columna de honor ante la bandera de la Patria, en medio de los vivas a España y a Tenerife. Después de la procesión hubo diversos regocijos populares. Por la noche hubo representación teatral, poniéndose en escena la preciosa obrita " Los Pájaros" que fue fielmente interpretada por varias niñas de esta villa, a las que así como a su profesora corresponde nuestra felicitación. Y para terminar celebró la Sociedad un baile que dejará grata memoria la juventud adejera."

Gracias a este artículo podemos hacernos eco de la singularidad de esta fiesta, en la que se plantaron los árboles de la Calle Grande, dando lugar a esa importante arbolada que determinó la fisionomía de la calle.

Cabe destacar la figura del Doctor  Don Manuel Fernández Piñeiro, una persona que, aparte de ser el médico titular de la Villa, fue un ilustrado, un hombre culto y preocupado por crear una vida social y cultural. Presidente fundador del primer casino de la sociedad de recreo "Unión y Cultura", poniendo en marcha la llamada Fiesta del Árbol, que se celebro desde 1911 hasta 1916. Gallego de nacimiento, en 1911 se le nombra hijo adoptivo del municipio, poniendo nombre a la calle de la Iglesia (Calle Grande)  como "Calle Dr. Fernández Piñeiro". En las actas de pleno del ayuntamiento aparecen constantes referencias en las que se enaltece  su figura.

Fue Alcalde desde el 1 de enero de 1918 hasta el 15 de junio de 1919, aunque nunca llegó a tomar posesión porque, según la Ley, no podía ejercer como Alcalde por ser médico titular, firmando las actas como alcalde accidental Camilo Madero Gutiérrez. La corporación del Ayuntamiento en ese año estaba compuesta por, además de los dos mencionados, por los concejales: Juan Esquivel Castellano, Casiano Carballo Castellano, Francisco Trujillo Clemente, Federico Ferrera García, Antonio Álvarez de la Cruz, Antonio Tarife Oliva y José García Casañas.  El 21 de julio de ese año el pleno acuerda ceder el edificio y el solar del Convento a Don Manuel Fernández Piñeiro para la edificación de la Casa-Ayuntamiento y juzgado. El 15 de junio de 1919 renuncia al cargo de Alcalde el Sr Piñeiro, dado que el largo tiempo transcurrido sin haber tomado posesión del mismo y mucho menos haberlo ejercido, según el art. 43 de la ley municipal, prescribía que ningún individuo que tenga cuestión con el municipio pueda ser concejal. Fue muy cuestionado y recibió muchas críticas, como atestiguan las actas, también la demora en la construcción del edificio provocó críticas entre determinados sectores de la sociedad adejera de ese momento, tras muchas presiones decide trasladarse a Santa Cruz y alejarse definitivamente de Adeje en los años 30.

Tan pronto cayó en desprestigio, le quitaron su nombre a  la calle, volviendo al nombre de Calle de la Iglesia. Pero a pesar de las sombras, a su figura le debemos la construcción del Ayuntamiento y los árboles plantados en la Calle Grande, gracias a tan original y recuperable iniciativa de la Fiesta del Árbol.


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C/ Grande, 1   38670, Adeje
Horario: 8:00 - 15:00 h