El 23 de julio se realizó un sendero, el cual comenzó en la punta de Anaga, a unos 640 m de altitud y, tras un prolongado descenso, finalizó en una de las mejores playas vírgenes del macizo.
A lo largo del camino, los y las jóvenes disfrutaron de una gran diversidad de paisajes, desde el Monteverde hasta la arena volcánica de la playa de Antequera, así como de un baño en sus aguas cristalinas.
Finalmente los y las participantes se divirtieron en un paseo en zodiac por los acantilados de Anaga hasta San Andrés.
Se tuvieron en cuenta y llevaron a cabo todas las medidas necesarias para evitar la generación de riesgos de propagación de la enfermedad COVID-19, así como la propia exposición a dichos riesgos.