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Ser madre. Luces y sombras

4 JULIO 2022

En este post semanal hoy queremos poner sobre la mesa una serie de cuestiones que deberíamos plantearnos a la hora de  tomar la decisión de ser madre.

La primera de ellas es ¿Quieres serlo?, ¿Por qué?. Seguro que para muchas personas la respuesta es clara, ya que se asocia a algo que aprendemos desde que nacemos, guiadas por el sistema patriarcal en el que vivimos, y es que la maternidad se entiende como una necesidad biológica y social de las mujeres.

En muchas ocasiones la sociedad da por sentado que en algún momento de nuestra vida reproductiva querremos tener descendencia.  Pero ¿Qué pasa si decidimos no querer serlo?

Muchas veces tomar esa decisión nos cuesta porque aunque sabemos que elegir esta opción forma parte de nuestros derechos reproductivos, la sociedad, de forma continuada, nos juzga y recrimina por no querer tomar la elección que nos han enseñado.

Y es que la maternidad es una decisión que debe ser pensada con madurez y responsabilidad. Tanto para si quieres serlo como para si no.

Además, se plantea la siguiente cuestión ¿Qué entendemos por maternidad?

Si miramos en las páginas web en general, muchas de ellas hablan de una percepción bastante sesgada de lo que significa este concepto, ya que, se asocia a la capacidad de reproducción y no se tiene en cuenta que la maternidad acoge en su propio término muchas formas de ejercerlo, desde la adopción a otras opciones que se engloban dentro de este término.

Asimismo, no podemos continuar sin plantear una reflexión sobre la importancia de los roles asignados en cuanto a la maternidad para las mujeres y a la paternidad para los hombres. Y es que, cuando ejercemos nuestro papel como madre o padre no se nos juzga de igual manera a mujeres y hombres. En pleno siglo XXI, todavía seguimos reivindicando un reparto equitativo de tareas a  la hora de ejercer nuestra maternidad o paternidad.

Destaquemos los siguientes datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) año 2018 desarrollados por el INE:

  • Casi la mitad de trabajadoras/es (el 49,55%) no pudo modificar en 2018 su jornada laboral para poder asumir responsabilidades relacionadas con el cuidado de otras personas.  
  • El porcentaje de mujeres que decía que su papel de madre había tenido efectos sobre su vida laboral era mayor que el de los hombres. Concretamente, el número de mujeres que se habían reducido las horas para cuidar de sus hijas e hijos era mayor que el de los hombres.
  • También era mayor el porcentaje de mujeres que habían interrumpido por más de seis meses su trabajo para el cuidado de una hija/o.

Esto sólo son algunos datos que nos permiten ver de forma clara y concisa que tomar la decisión de ser madre o no en muchas ocasiones acarrea una mayor desventaja para las mujeres que para los hombres. Incluso, en muchos medios informativos asociada a la maternidad se malentiende que ser madre implica sacrificio e incluso, potenciando el sistema patriarcal en el que vivimos anclados, se muestra de forma normalizada que ser madre es una de las razones para ser feliz el resto de nuestras vidas. Como si la única forma de ser feliz fuese el poder ser madre. Se incita, además, a que si queremos aprovechar los momentos importantes con nuestras hijas e hijos tendremos que sacrificarnos para poder estar allí, pero nadie piensa en cómo nos sentimos, en si en realidad ser madre significa tener que dejar a un lado o para siempre tus proyectos futuros porque, según esta sociedad machista “lo único que importa es  que las mujeres debemos darle todo a nuestra familia”.

Esto no debe ser así, han sido muchas las luchas de las mujeres por querer ser parte de una sociedad donde su papel no sea sólo el de cuidadora y es un deber de toda la sociedad entender y potenciar que los cuidados forman parte de todas las personas que conformamos una familia, no sólo de las mujeres, no sólo de las madres.

Por otro lado, hasta el momento hemos podido plantearnos querer o no querer ser madre y lo que ello implica pero no hemos incidido sobre la importancia que tiene para la salud de las mujeres cuando toman la decisión de serlo y  no pueden. Es ahí donde aparece la reproducción asistida.

Debemos destacar que España cuenta en la actualidad con la ley 14/2006 sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida. Una ley que contempla todos los posibles casos y que regula la actuación de los y las  profesionales en este ámbito.

Tengamos en cuenta los siguientes datos:

  • Las clínicas españolas son de las mejor valoradas en el mundo para recibir un tratamiento. Por ello, en nuestro país es habitual hablar de turismo reproductivo, que se define como el desplazamiento de  personas  extranjeras a nuestro país con la intención de recibir un tratamiento de reproducción asistida, promovido por la legislación que tenemos. Estamos hablando de un negocio que mueve millones de euros al año.

Sin embargo, también debemos tener presente que:

  • Según datos de la Sociedad Española de Fertilidad, sólo el 20% de los tratamientos de reproducción asistida los realiza la sanidad pública.
  • Las personas que acuden a las clínicas de fertilidad privadas suelen pagar entre 600 y 5.000 euros por cada intento de embarazo: las tarifas más bajas corresponden a la inseminación artificial, mientras que en la reproducción in vitro la inversión es mayor.
  • La fecundación in vitro roza apenas el 4% de éxito para quienes superan los 40 años. Dejar clara la dificultad de la tarea es uno de los desafíos de las clínicas que llevan a cabo este tipo de tratamientos. O, por lo menos, no realizar promesas imposibles de cumplir.

Por todo ello, debemos tener presente que la maternidad debe ser una opción a elegir, que podemos tomar cualquier decisión y que debemos ser respetadas por ello. Y, si queremos tomar la opción de ser madre son múltiples las opciones que existen, no sólo la biológica.

Pero más allá de ello, no debemos entender que ser madres implica sacrificarnos por los demás, ni dejar de lado nuestras oportunidades en la vida. La maternidad debe tener implícito el trabajo conjunto, en primer lugar de las personas que forman parte de esa decisión y, de la sociedad en general, que debe potenciar medidas y acciones en pro de la conciliación personal, familiar y laboral de mujeres y hombres.

Para terminar, queremos destacar la siguiente frase como reflexión final de este espacio:

 “Nadie es dueño de tu FELICIDAD. Por eso, no dejes tu ALEGRÍA, tu PAZ, tu VIDA en manos de nadie”.

 

 

Finalizamos este post recordando que desde la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Adeje, a través del proyecto  #AdejeIgualdad comunica, en colaboración con la Asociación Factoría Social y, financiado a cargo de los créditos del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, a través de la Secretaría de Estado de Igualdad, expone este tipo de proyectos con la finalidad de continuar difundiendo e informando sobre órganos, instituciones y proyectos que continúan trabajando en la igualdad de oportunidades para ambos sexos, desde la innovación.

 

 


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