Hoy, Día Europeo por la Igualdad Salarial, nos sumamos a la iniciativa Equal Pay promovida por la Federación Business Professional Women (BPW) y BPW SPAIN, una de las principales redes empresariales del mundo a la que pertenece la Asociación de Mujeres Empresarias y Profesionales BPW Canarias.
Equal Pay Day es un evento internacional para ilustrar la brecha salarial existente entre mujeres y hombres y que es el resultado más visible de la desigualdad y discriminación que sufren las mujeres en el mercado de trabajo, plasmándose en una deficiente inserción en el empleo, con peores condiciones y menores salarios por realizar un trabajo igual o de igual valor.
El día de celebración simboliza el número de días de más que una mujer tiene que trabajar para cobrar lo mismo que un hombre. En España esta diferencia se traduce en 418 días (365+53), de ahí que la celebración se realice el 22 de febrero fecha acordada desde 2010 como el "Día Internacional por la Igualdad Salarial". Las mujeres, por tanto, trabajan gratis una media de 53 días al año.
En Canarias, el salario medio de las mujeres fue de 1.587,58 euros, mientras que el de los hombres alcanzó los 1.861,13 euros, lo que implica una brecha del 14,6%, según los últimos datos de la encuesta de población activa (EPA). Añadimos otro dato, los hombres presentaron una mayor concentración relativa en salarios altos, ya que el 33,1 % tuvo ingresos brutos superiores a 2.295,20 euros, frente al 26,6 % de las mujeres.
Pero la brecha de género en el terreno laboral no se limita solo al dinero; el techo de cristal impide a un gran número de mujeres acceder a puestos de responsabilidad. Así, de las 16.000 personas que ocupan cargos directivos en Canarias, 12.848 son hombres y solo 3.900 mujeres. Destacar también que el 90% de los trabajadores/as que abandona su empleo para cuidar familiares, son mujeres.
Existen múltiples factores que influyen en la brecha salarial, destacamos: la temporalidad, la parcialidad y la precariedad de los sectores que, mayoritariamente ocupan las mujeres, junto a la infravaloración de aspectos asociados al trabajo femenino. Todo esto hace que la brecha salarial suponga una doble discriminación ya que cuanta menos cotización y menos salario, mayor desprotección social y menores prestaciones para el desempleo y la jubilación.
La discriminación salarial en las empresas es sutil e indirecta: no tiene que ver solo con el sueldo base, sino sobre todo, con los complementos, con la contratación temporal, la asignación de categorías inferiores al desempeño de tareas de mayor responsabilidad y con reconocer una retribución diferente a empleos que tienen igual valor.
Tras la pandemia de la Covid-19, la situación de muchas mujeres, lejos de mejorar, ha empeorado. La precariedad laboral o la imposibilidad de conciliación real con su vida familiar, ha agravado más aún su presente y sus perspectivas de futuro. La urgencia sanitaria y económica de la crisis pandémica y sus efectos colaterales en nuestra sociedad, ha provocado que los problemas de estas mujeres queden relegados. Ahora es el momento de actuar y visibilizar esta realidad a la que se le está dando la espalda. En base a todo ello, apoyamos las reivindicaciones:
- Al derecho a una remuneración justa y equitativa e igual entre hombres y mujeres. Entre todas las personas debemos conseguir romper esta brecha salarial, analizando la estructura de nuestras organizaciones e invitando a otras empresas y entidades a que también lo hagan.
- Conciliación de la vida familiar y laboral: fomentar la corresponsabilidad en las familias y la equiparación de derechos, para que mujeres y hombres se alternen en el cuidado de menores y mayores.
- Fomentar medidas de acción positiva para que las mujeres puedan trabajar en todas las ocupaciones y promocionar la igualdad.
- Igualdad de oportunidades: Incrementar la participación de la mujer en los órganos de decisión.
- Educación y cultura: concienciar y sensibilizar a toda la sociedad en materia de igualdad.
Queremos una sociedad más justa e igualitaria y podemos conseguirlo.
