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Salud, calidad de vida y bienestar animal  >  Igualdad y diversidad  >  Blog  > "Otro Mundo es posible y necesario" el manifiesto que exige acelerar la igualdad efectiva entre géneros

"Otro Mundo es posible y necesario" el manifiesto que exige acelerar la igualdad efectiva entre géneros

1 MARZO 2022

La Presidenta del Consejo Social de la ULL, doña María Dolores Pelayo Duque, próximas a la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, solicita la adhesión al manifiesto OTRO MUNDO ES POSIBLE Y NECESARIO.

El texto obedece a la “la necesidad de un cambio de rumbo” que permita a las generaciones más jóvenes aspirar a vidas plenas, con menos desigualdades y mayor avance en derechos sociales y hace un llamamiento a los movimientos sociales, ecologistas, instituciones públicas y privadas para que se sumen a él.

" lniciamos la tercera década del siglo XXI con la esperanza puesta en la salida de la crisis sanitaria global provocada por la pandemia Covid-19 y siendo conscientes de los enormes desafíos que nos plantea el tener que afrontar sin dilación las consecuencias, en todos los órdenes, del cambio climático. Tras la Gran Recesión que surgió de la crisis financiera de 2008 y la apuesta por falsas soluciones, que descartaban la justicia redistributiva y que expandieron la precariedad laboral y la vulnerabilidad social, queremos hacernos oír para señalar la necesidad de un cambio de rumbo que permita a las generaciones más jóvenes aspirar a vidas plenas y dignas en un contexto que requiere de nuevas políticas que combatan las desigualdades y hagan avanzar los derechos humanos.

Cuando los representantes del Pueblo Francés, en 1789 aprobaron la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, lo hicieron desde la convicción de que los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos, y de que la ley debía reconocerles garantías de sus derechos. Esa declaración estaba destinada a los hombres. Fue Olympia de Gouges, inspirándose en esa Declaración y antes de morir acusada de traición, la que elaboro la Declaración de los derechos de la Mujer y de la Ciudadana, para defender, en favor de la mujer, los mismos derechos que los que había declarado la Asamblea Nacional para los hombres. Fue la de Olympia una proclama en favor de las reivindicaciones femeninas, y un alegato en favor de la universalización de los derechos humanos, que pagó con su vida.

Habremos de reconocer su tesón a esas antepasadas y a la democracia que acogió en sus textos constitucionales los derechos fundamentales de la persona a la igualdad, la no discriminación entre los seres humanos, el respeto a la dignidad de la persona mujer y a disfrutar de derechos iguales en todas las facetas de la vida: el derecho al voto, el acceso a la educación, al trabajo, a la cultura, a la libertad de expresión, a participar en política, a la libertad sexual, al descanso y al ocio.

Estamos entrando en una nueva era protagonizada por los avances en la ciencia y la tecnología, con la inteligencia artificial como vector de grandes transformaciones, derribando fronteras. Entramos en una sociedad global en la que el conocimiento se esparce rápidamente, de manera que, a la par que se difunden los nuevos descubrimientos científicos, se están universalizando en todo el planeta las reivindicaciones feministas del mundo democrático, incluso en países no democráticos. Ese fenómeno de globalización de las demandas igualitarias de las mujeres, de reivindicación de la plenitud de derechos para la persona humana mujer, pretenden minimizarlo o reprimirlo ciertos sectores a los que no les interesa la igualdad o la competencia, eludiendo las responsabilidades de esos comportamientos. Pero las transformaciones están ahí, están siendo cada vez más evidentes y vienen para quedarse. Las mujeres queremos conducir esas transformaciones, dominar esas invenciones y sentar con los hombres las bases de otro modo de vida en el mundo. Un modelo y un mundo inclusivo, respetuoso con todos los seres vivientes.

El Foro Económico Mundial de Davos, en 2O17 hizo una predicción: hace falta un siglo para alcanzar la igualdad real entre hombre y mujer. ¿Estamos resignadas a aceptar esa lenta progresión? Decimos NO, porque podemos y debemos, al amparo de las transformaciones que en las relaciones humanas y en el orden económico y científico se vienen produciendo, luchar por un mundo en el que las mujeres, todas las mujeres, puedan tomar libremente sus decisiones, que impere el respeto entre los sexos, y que se adopten contra la violencia sobre las mujeres, como delitos de lesa humanidad, todas las medidas que admita el Estado de Derecho. Piénsese, sólo en términos económicos, somos el 51.4% de la población en edad de trabajar pero aportamos el 4t.5% del PlB. Alcanzar la igualdad laboral supondría 3.2 millones más de empleos femeninos; en educación las distancias aumentan por la menor presencia en carreras técnicas; y la conciliación entre la vida familiar y laboral sigue siendo uno de los aspectos que más frenan la progresión profesional y económica de la mujer. Continuar así supone una pérdida de riqueza para el país, de manera que la paridad no es solo un problema de justicia. De ahí que apoyemos la Agenda global 2030, y en concreto la ODSS.

Es claro que defender los logros obtenidos hasta ahora no es suficiente. En necesario defender los principios de una nueva gobernanza como fundamento  y base para sostener el mundo en un nuevo ideal y esa debe ser la meta de todos y todas. Es ahora la ocasión. Nos corresponde reafirmar el derecho como fuente de toda legitimidad, un derecho a la igualdad para todos los seres humanos.

Ese es el motivo por el que estamos tratando en este manifiesto la lucha por la igualdad de otro modo. Ser ciudadana en plenitud significa no ser tratada como una segunda clase, o sexo, que diría Simone de Beauvoir. Ya hemos profundizado lo suficiente en nuestra condición como para consentir que tengamos que aguardar a un siglo más a fin de ejercer en plenitud nuestra condición de persona humana. Deberemos enfrentarnos a la lucha de poder que ha venido rigiendo en el mundo por quienes no concebían la existencia de la mujer como persona, en igualdad con el hombre, y por tanto exigir el que se asuma por el hombre y por esos países esa condición y esa realidad. Debemos además defender una actitud moral, ética, sobre el valor de la vida de todos los seres vivientes.

El Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, hecho en Roma el 4 de Noviembre de 1950, y que fue ratificado por España ent977, establece en su Artículo 14, que "El goce de los derechos y libertades reconocidos en el presente Convenio ha de ser asegurado sin distinción alguna, especialmente por razones de sexo, raza, color, lengua, religión, opiniones políticas u otras, origen nacional o social, pertenencia o una minoría nacional, fortuna, nacimiento o cualquier otra situación".

¿Qué más se puede decir en derecho? ¿De qué manera podemos asegurar nuestros derechos? Creemos necesario dotar a la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya ,de una nueva Sección que sancione las desigualdades por razón de sexo frente a aquellos gobiernos infractores, y un Código Penal Internacional que determine esos delitos y sus penas.

Por otro lado, las convenciones, las declaraciones de derechos, solo reconocen a los seres humanos como titulares de derechos y de obligaciones. Es en ese marco dual en donde a la persona humana le corresponde asumir una serie de obligaciones en favor de otros seres vivientes, como responsable de cuidar, amparar, proteger a los demás seres vivientes del planeta, arboles, plantas, peces, aves, toda clase de especies. Nos corresponde a los seres humanos la responsabilidad y la obligación de velar por esos seres vivientes y su conservación para las generaciones futuras. De manera que debemos luchar por la conservación de nuestro mundo y de las especies que lo pueblan, como legado para las generaciones futuras. Por eso suscribimos y nos adherimos a la Declaración de Cambridge, de 2OI2, sobre protección de los animales.

Por lo que:

CONSIDERANDO que todos los seres humanos nacen libre e iguales en dignidad y derechos, como establece la Declaración Universal de Derechos Humanos adoptada y proclamada por la Asamblea General en su resolución 217 A(III) de 10/12/1948, AFIRMAMOS que los demás derechos habrán de ser desarrollo o corolario de esa declaración. Por lo tanto, exigimos su cumplimiento

CONSIDERANDO que el artículo 13 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea establece que los Estados han de respetar las exigencias en materia de bienestar de los animales como seres sensibles, un deber que vincula al Derecho español-, así como el Convenio Europeo sobre protección de animales de compañía, de 13 de noviembre de 1987. A ello habrá de añadirse las normas de protección de la naturaleza que demanda el cambio climático. Por lo tanto, EXIGIMOS su cumplimiento y desarrollo normativo.

CONSIDERANDO el interés de las generaciones futuras y de todos los seres vivientes, como lo hiciera el Instituto Tricontinental de la Democracia Parlamentaria y de los Derechos Humanos de la Universidad de La Laguna en su Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Generaciones Futuras, de 26 de febrero de 1994, cuyo texto íntegro suscribimos y ABOGAMOS por su cumplimiento.

CONSIDERANDO que la vida humana digna de ser vivida sobre el planeta Tierra es la que reconoce a todos los seres humanos las mismas condiciones para el libre desarrollo de su personalidad y que constituye un grave atentado a la dignidad de la persona humana cualquier privación o lesión de derechos por razón de sexo, raza o condición, por lo que todas las naciones y pueblos tienen el deber de respetar y hacer respetar esos derechos, so pena de incurrir en responsabilidad y recibir sanción penal, comercial, veto o rechazo. En consecuencia EXIGIMOS se regulen y persigan como delito de lesa humanidad la ablación o mutilación genital femenina, la violencia de género y la trata de mujeres.

CONSIDERANDO Que para la efectividad de estos DERECHOS es necesario que la Corte Penal Internacional de La Haya amplíe sus competencias y constituya en su seno una sección especializada y con base a un Código Penal Internacional persiga y sancione la discriminación, el maltrato, la violencia y la pena degradante por razón de sexo, restaure el orden natural de las cosas y cumpla con las declaraciones universales adoptadas y las que deberán adoptarse para regular las innovaciones tecnológicas y las nuevas obligaciones y responsabilidades de los seres humanos para con el resto de los seres vivientes que pueblan el planeta Tierra. Una nueva legalidad para la restauración e implantación de un nuevo orden legal mundial, que:

1.-Por suponer un ataque a la naturaleza y a los animales que la pueblan INCLUYA la declaración de que la naturaleza y los seres vivientes constituyen bienes jurídicos a proteger en sí mismos, exigimos su protección a los gobiernos mediante la articulación de medidas y adopción de leyes protectoras adecuadas. Esta reivindicación es expresión de la cosmovisión feminista del mundo y las relaciones entre todos los seres vivos que pueblan el planeta, pacifica, tolerante, solidaria, inclusiva, dirigida a la concordia y a otra forma de gobernanza.

2.-Ante el desarrollo de las nuevas tecnologías y su novedosa regulación legal y ante la necesidad de salvaguardar las conquistas sociales, tales como el derecho de acceso a internet, derecho a la intimidad y a la propia imagen, etc., propondremos cuantas modificaciones sean precisas para que las nuevas leyes derivadas de los avances tecnológicos no generen nuevas discriminaciones o amparen el sexismo digital, el ciberacoso, el troleo, la ciberviolencia, etc.

3.-Ante la multiplicación de los fenómenos migratorios en todo el mundo que hacen necesaria una respuesta democrática y tolerante, poniendo en valor la solidaridad, la pluralidad y el respeto a la diferencia, apoyaremos el derecho a no ser pobre, que todos los seres humanos cuenten con los derechos a una subsistencia digna, exigiendo a los gobiernos del mundo que combatan la desventaja social.

Hacemos un llamamiento a los movimientos sociales, ecologistas, instituciones públicas, privadas, de todo el mundo para que se sumen a este manifiesto, en la búsqueda de los mayores apoyos que hagan posible la toma en consideración de nuestras propuestas.

El movimiento por la igualdad elevará a los gobiernos respectivos la petición de concierto con el resto de los gobiernos para la aprobación de los textos legales que pongan en marcha la nueva legalidad internacional de la Corte Penal Internacional y un Código Penal Internacional que sirva de respaldo a las políticas y sanciones que establezcan las disposiciones legales para la restauración o implantación del orden natural y la consecución de otro mundo posible y necesario


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