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Tradiciones: ¿Empoderan a las mujeres o perpetúan estereotipos?

4 JUNIO 2025

Si pensamos en fiestas tradicionales, romerías, canciones infantiles, repostería típica… siempre se nos viene a la cabeza imágenes de mujeres como protagonistas de las mismas. 

¿Pero protagonizan estos eventos en igualdad de condiciones que los hombres o lo hacen bajo el yugo patriarcal que las posiciona en un rol de inferioridad?

Efectivamente, las tradiciones pueden tener a las mujeres como protagonistas, pero siempre vinculadas a las labores del cuidado, transmisión y…al hogar. 

A lo largo de la historia, a las mujeres se le ha negado protagonismo, participación en espacios públicos, crear obras bajo su nombre, … La invisibilidad de la mujer ha sido constante, menos en el hogar. 

Los hogares han sido, y son, espacios donde las mujeres protagonizan su existencia. En ellos, crían y educan a sus hijos, comparten recetas típicas, narran cuentos, transmiten las canciones populares, y sin duda, perpetúan, con ello, estereotipos y roles de género.

En definitiva, esta cultura tradicional, nuestra primera conexión con el mundo, nos es trasmitida desde la infancia por las mujeres en su función de cuidadoras y educadoras, pero siempre bajo el control del hombre que, como cabeza de familia, subordina a su esposa e hijos. 

Puede que las canciones y cuentos infantiles suenen en nuestras cabezas con la voz de nuestras madres, tías o abuelas, pero estas palabras no son de ellas, sino de la sociedad patriarcal que vieron nacer a estas tradiciones. 

Si bien el espacio doméstico, al que es relegada la mujer, es tremendamente injusto, lo cierto es que, en ellos, nuestras madres, abuelas y bisabuelas compartieron miedos, alegrías e inquietudes. En ellos se hacían compañía y los convirtieron en espacios seguros en el que la palabra sororidad toma su sentido más amplio. 

Pero no nos engañemos, no romanticemos esta situación, estas restricciones no son más que un freno añadido a la poca libertad que han tenido las mujeres en tiempos cercanos. 

Ahora todo es compartido. Hombres y mujeres coeducan a sus hijos e hijas por igual, ambos realizan las tareas domésticas, leen cuentos a sus hijos, están implicados de igual modo en la formación de estos… ¿O no?

Según datos del índice de Instituciones Sociales y de Género (2023) las mujeres españolas dedican el doble de horas diarias que los hombres a las tareas del hogar y los cuidados no remunerados, cinco horas frente a dos horas en el caso de los hombres.

Aquí incluimos educación de hijos, cuidados de personas mayores o enfermas a nuestro cargo, etc. 

La mujer tradicionalmente ha estado en el hogar y aún hoy continúa constreñida entre sus paredes. 

Porque sí, las mujeres son transmisoras de las tradiciones, pero ¿disfrutan de las fiestas, romerías, festividades relacionadas con el folklore en igualdad de condiciones que los hombres? Lo cierto es que, en los procesos de creación y recreación del Patrimonio Cultural, las mujeres, como viene siendo habitual, no son reconocidas o son subestimadas.

En los actos festivos, se potencia una identidad de género que puede verse con claridad en los papeles que asumen las mujeres en el desarrollo de los actos, casi siempre derivados de los roles tradicionales de madre y esposa como únicos y exclusivos.

En las fiestas populares, las mujeres han desempeñado un papel importante en la organización y la transmisión, no así en la participación. 

Ellas son responsables de la gastronomía, de la artesanía, de la elaboración de trajes típicos… Pero el día o días de la celebración han de estar pendientes de que no falten víveres y todo el mundo disfrute. Que ellas se diviertan o no es secundario. 

Aunque pueda parecernos increíble, en España, en pleno siglo XXI, no solo hay fiestas con gran carga machistas, sino que en algunas de ellas la participación de la mujer está absolutamente vetada.

El Misterio de Elche, donde todos los papeles (Incluido el de la virgen) lo interpretan hombres, Los empalaos de Valverde (Cáceres) solo llevada a cabo por el sexo masculino, El Salto de la Reja de la Virgen del Rocío (Huelva) en el que solo los hombres de Almonte pueden acceder a saltar la reja y portar la virgen por la Aldea del Rocío….

Y muchas otras que, si no prohíben la participación de las mujeres, sí que la limitan a cifras insignificantes. 

Pero este artículo no versa en contra de las Tradiciones ni de su conservación. Sin duda, es importante conservar las tradiciones y costumbres porque éstas son fuente de enriquecimiento cultural para las personas. 

Mantener estas prácticas, permite preservar la memoria colectiva de un grupo y se fortalece la cohesión social. Las tradiciones y costumbres son las prácticas culturales transmitidas de generación en generación. Y, por tanto, son una forma de preservar la historia y la identidad de un pueblo.

Por ello su conservación y transmisión es labor de todas y todos en igualdad de condiciones y de trato. 

Y esto solo es posible tomando consciencia de las debilidades e injusticias históricas y derribando la barrera de género de nuestras Fiestas.

Ana Moruno Rodríguez
Historiadora del Arte


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