¿Para qué necesitamos el Orgullo?, preguntan algunos. ¿Para qué, si ya tenemos todos los derechos conquistados? ¿Para qué, si podemos amar libremente? ¿Para qué, si nadie nos persigue?
Necesitamos el Orgullo para RECORDAR.
Para ensalzar la vida de dos grandes mujeres, Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera, que lanzaron el primer ladrillo en Stonewall. El primer paso que nos llevó al Orgullo. La prueba viva de lo que la sociedad había ocultado hasta entonces: nuestra propia existencia. Porque en toda nuestra historia, mucha gente ha perdido la vida para poder llegar hasta aquí. Porque se merecen nuestro respeto y nuestro homenaje.
Necesitamos el Orgullo para VISIBILIZAR.
Para enseñarle a nuestra infancia que hay personas que son igual que ellas. Que no hay nada de malo en ser quiénes son. Que deben vivir con la cabeza bien alta. Sin sentir vergüenza. Sin sentir miedo. Todas somos personas perfectas, independientemente de nuestro género, sexualidad, edad, país de origen, color de piel o poder económico. Todas somos importantes.
Necesitamos el Orgullo para SANAR.
Porque las personas LGBTI todavía nos vemos forzadas a salir del armario y, en la mayoría de los casos, es un trance amargo que no tenemos por qué vivir. Porque este mundo sigue asumiendo que la cisheterosexualidad es la opción por defecto. Queremos que dejen de cuestionarnos por qué somos quienes somos.
Necesitamos el Orgullo para REIVINDICAR.
Porque aún hay partidos políticos con representación en nuestras cámaras que amenazan nuestras propias vidas, que apoyan terapias de conversión y que nos quieren calladas y ocultas. Pero no se lo vamos a permitir. Nuestra lucha se extiende mucho más allá de lo que ellos comprenden. Porque mientras ellos se ponen cara al sol, nosotras caminamos juntas por el arcoíris.
Necesitamos el Orgullo para CELEBRAR.
Porque seguimos vivas. Porque podemos casarnos. Porque tenemos acceso a la adopción. Porque tenemos leyes en el congreso que nos avalan. Porque hemos creado un tejido asociativo que nos apoya. Porque ostentamos cargos de poder en el gobierno. Porque cada una de las lágrimas vertidas ha merecido la pena.
Necesitamos el Orgullo para DESPERTAR.
Porque todos los logros anteriores son insuficientes. Porque todavía hay violencia contra las personas LGBTI. Porque nos siguen matando en muchos países del mundo. Porque las personas trans no tienen un fácil acceso al empleo. Porque las microLGBTIfobias campan a sus anchas. Porque no podemos relajarnos. La sombra del odio sigue acechándonos y tenemos que estar preparadas para combatirlo.
Necesitamos el Orgullo para HACER COMUNIDAD.
Porque hemos encontrado lugares donde poder ser nosotras mismas. Porque hay espacios seguros que hemos construido con nuestras aliadas. Ciudades que gritan libertad y diversidad. Ciudades como Adeje, que sí entiendes la necesidad de un Orgullo.
¿Por qué necesitamos el Orgullo?, preguntan algunos. Para que llegue el día que no lleguemos a necesitarlo. Pero hasta entonces…
Feliz Orgullo LGTBI 2020.
Autor del texto: David Urbano, escritor
